Que las asambleas de base decidan cómo continuar la lucha

 

El paro general del 7 octubre sin duda fue un golpe al gobierno de Mujica, y unifcó en los hechos a todos los gremios en conflicto. Mostró que hay disposición de los obreros a la lucha y reflejó la bronca de los trabajadores contra la Ley  de Presupuesto. Fue un paro con amplia adhesión entre los obreros de la industria, los trabajadores públicos, la salud  y la enseñanza y fue total en las cooperativas de transporte. La patronal de la empresa CUTCSA sacó a la calle la mitad de los servicios de ómnibus, pero con escasos pasajeros.

 

Esta Ley de Presupuesto del gobierno del Frente Amplio que está siendo votada en el parlamento, mantiene sumergidos  los salarios y  las  jubilaciones, aplicando una “reforma” privatizadora en el Estado que hace peligrar el trabajo de miles de becarios, pasantes  y  tercerizados,  cuyos  contratos vencen y quedarán en  la calle si no  se  regularizan. El gobierno de Mujica  que  habla  de  dar  aumentos a  los  sectores más  sumergidos, y  se llena la boca con el 60% otorgado a las  jubilaciones más  bajas,    llevará en 2011 a estos jubilados a cobrar la miseria de 4500 pesos.

Este  gobierno  de Mujica,  no  prioriza a los que menos tienen como le gusta  hablar  en  sus  discursos. Los benefciados  con  su política  son  los grandes exportadores, los dueños de los  frigorífcos,  los  propietarios  de grandes  extensiones  de  tierras,  las multinacionales  como  UPM,  en  fin los capitalistas y grandes oligarcas.

Paros sin consulta y sin continuidad

Si bien es cierto que este paro fue un golpe al gobierno, la burocracia sindical del PIT-CNT, tratará de que este paro solo sirva como una válvula de escape para descomprimir  la bronca de  los  trabajadores  y  que  no  tenga continuidad en un plan de lucha.

Ya se están votando las medidas privatizadoras en el parlamento, se mantienen los bajos sueldos –atados al  presentismo  y  la  productividad- peligra el  trabajo de miles de precarizados y el PIT-CNT mira para otro lado. No se convoca a asambleas de base y ni propone un plan de  lucha; negocian  sus  máximos  dirigentes con el gobierno y las patronales a es-paldas de los trabajadores diciendo a los obreros que se están consiguiendo  “buenos pre  acuerdos”, que  solo ellos conocen.

Necesitamos una nueva dirección sindical

En  esta  lucha  por  salario  y  jubilaciones, contra la reforma del estado, por el 6% del PBI para la educación, debemos impulsar la construcción de una nueva dirección sindical. ¡Que la base decida! Necesitamos dirigentes que apliquen la democracia obrera de forma permanente. Ningún dirigente puede decidir por los trabajadores, ni negociar lo que al él le parece mejor.

Hay  que  desterrar  este método,  que aleja a  los  trabajadores de sus orga-nizaciones sindicales. Por ello en esta  lucha contra  las patronales y el gobierno  impulsamos  las  asambleas de  base  para  exigir  que  seamos  los trabajadores quienes resolvamos que plan de lucha necesitamos. Pero a la vez  debemos  dar  una  discusión  de fondo para remplazar a los dirigentes burocráticos  que  terminan  hacién-donos perder en la mesa de negociación,  lo conquistado con años de lucha.
 

Que  los  trabajadores debatan en  asambleas  y  decidan  como  seguir  la pelea y al calor de  la misma comencemos a construir una nueva dirección sindical con independencia de clase y que aplique lo que la base resuelva. 
 

Izquierda Socialista de los Trabajadores 22/10