La universidad al servicio del mercado
Por Carol
La Universidad de la República es reconocida por sus dos ejes: autonomía y cogobierno. Sin embargo, así como son los pilares fundamentales desde hace muchos años han sido golpeados desde todos los sectores que ven en la universidad uno de los últimos sitios con independencia. Incluso desde la “izquierda” se ha intentado minimizar estos factores en su beneficio, y cuando se dieron cuenta de que era muy complicado recurrieron a la última arma: la creación de nuevas instituciones.
La primera fue la UTEC (Universidad Tecnológica), que se encuentra en el interior del país. Las carreras están planeadas para ser cortas y enfocadas hacia las industrias. Sin embargo el gobierno se olvida que la UdelaR ya cuenta con la Facultad de Veterinaria y la de Ingeniería, entonces ¿Por qué no fomentar la ya existente en vez de crear una nueva universidad? Muy simple, el nuevo proyecto afecta al cogobierno, dejando que lasa empresas participen de el y por tanto, haciendo su voluntad. Por otro lado, las carreras cortas garantizan mano de obra barata, y poco crítica, para que las empresas puedan contratar.
Desde hace ya varios años los estudiantes, funcionarios y docentes universitarios piden que el presupuesto de la educación se aumente a un 6%. Actualmente es de solo un 4,5% repartido entre ANEP, UdelaR, Administración Central (en la cual se incluye la educación militar y policial, fondos del MEC, MIDES, MTSS y subsidios para programas de atención a discapacitados y transferencias a ONG), Plan Ceibal, Centros CAIF, CENFORES, rubro Ciencia y Tecnología y el incentivo a la demanda en educación media.
Como vemos hay muchos gastos, y poca plata. Y sin embargo el gobierno sigue agregando instituciones, pero no agrega presupuesto. ¿Cómo se supone entonces que la educación consiga dinero? Si pensamos en la UTEC podríamos prever que las empresas donarían dinero para la educación, pero ¿Por qué hacerlo si el gobierno nos garantiza su mantenimiento? Las empresas no tienen como perder, es un contrato en el que solo pueden ganar.
Esto quedó doblemente claro cuando María Antonia Grompone, integrante del Consejo provisorio de la UTEC junto a Rodolfo Silveira y Pablo Chilibroste, renunció a su cargo en la institución por diferencias con los otros integrantes. Mediante una carta al presidente Mujica hizo ver que su renuncia tenía que ver con el manejo de influencias y la toma de decisiones por una minoría. Dijo que el funcionamiento transparente “se logra en la medida en que las resoluciones sean tomadas durante las sesiones de su Consejo y ninguna fuera de ellas”.
El siguiente proyecto del gobierno es la tan discutida Universidad de la Educación. En este punto se ha debatido sobre el cogobierno universitario y la necesidad de el. Desde el orden estudiantil es preciso plantarse firmes contra una universidad sin cogobierno y sin autonomía. A pesar de las imperfecciones que el cogobierno tiene, es preciso que la participación de los estudiantes esté garantizada a través del voto y de la representación en los órganos de decisión.
Los estudiantes tenemos el deber de pelear por la mayoría estudiantil en el cogobierno, por ser quienes vivimos día a día la realidad universitaria. Además debemos garantizar la no inclusión de empresas en la Universidad, y la autonomía. Por otro lado, luchar por las reivindicaciones de los funcionarios, pieza clave de la vida universitaria a los que siempre se ha mantenido al margen.
Por un presupuesto mayor para la educación, cogobierno con mayoría estudiantil y autonomía real.