Acerca de la creación de Alternativas
Siempre el mismo problema: estamos golpeando a las patronales separando fuerzas
por rubro. Educación por un lado, salud por otro, y un largo etc. No es fácil
lograr homogeneidad cuando factores subjetivos de índole político-partidario
dividen las aguas de la clase obrera. La adoración a ciertos personajes
históricos es una de las causas de esta división. Es que sucede lo siguiente:
cuando adoptamos una postura “no crítica” tendemos a asociar hombre e idea como
una sóla cosa, y no es así. Condenamos personajes total o parcialmente sin un
análisis objetivo, y, ¿cuál es el resultado?, ¿no es la clasificación de
compañeros en determinada categoría alimentada por el prejuicio?, ¿deja de ser
clasista el hombre honesto que por ahí tiene una marcada tendencia hacia
teorías que desde nuestro punto de vista son erróneas?, ¿por qué lo señalamos
como “traidor a la clase” y no nos sentamos a dialogar ya no en vano de lo que
hizo o dejó de hacer tal o cual referente en la historia de las revoluciones,
sino de tratar lo trascendente, la modificación de la realidad material a
través de la lucha y cómo pelearla?. Quien se aparta de la objetividad cae en
el sectarismo y pasa a ser absorbido por la idea dejando de ser individuo,
renunciando al derecho natural de “libre pensamiento” (aunque lo de “libre
pensamiento” es relativo, ya que la idea está condicionada a las condiciones
económico-sociales). ¡Cuánto peor aquellos que acatan órdenes desde arriba y
con convicción pero ni siquiera se detienen dentro del marco teórico del cual
se precian militantes!
No, compañeros. Somos obreros y debemos ser el “marrón” que deje inconsciente
al enemigo de clase, para así degollarlo y que su sangre y veneno fluyan como
un manantial de libertad. La lucha no se da entre las cuatro paredes de un
comité discurriendo acerca de cómo hacer la revolución con otros cuatro o cinco
compañeros. Debemos crear ámbitos de participación y coordinación que distan
abismalmente de lo que llaman Plenario Intersindical de Trabajadores. Su orden
vertical no permite mayor discusión. Ahí hay una camarilla “intocable”
timoneando los conflictos directamente a la ruina. Sin temor a la equivocación
podemos decir que son instituciones piramidales de carácter fascistoide.
Una de las cuestiones (de las punzantes, no de la válida pero
descontextualizada crítica a las formas de “socialismo real”) más discutidas es
la de la cooperativización bajo control obrero obteniendo el plusvalor. Un
puñado de compañeros que pasan a competir bajo las reglas del mercado en
determinado rubro. Suena a desviación economicista de la lucha de clases. A
simple vista sí. ¿Qué pasa si le agregamos “libre asociación” y mantenemos la
estructura administrativa? El resultado será (de prosperar) una inexorable
integración a la empresa y tal vez un modelo tomado por el resto del
proletariado. Podríamos decir que es otro poco de pólvora hasta que la historia
haga caer por su peso el velo de la mentira y demuestre que no hay “capitalismo
humano” y se viva en la miseria.
¡HOMOGENEIDAD Y SOLIDARIDAD OBRERA CONTRA EL SISTEMA!
¡POR UN FRENTE QUE ABARQUE AL PROLETARIADO EN SU TOTALIDAD!
¡ARRIBA LOS QUE LUCHAN!
Taol